OXÍGENO 3 Y OXÍGENO 4

El suelo del bosque como universo

Óleo sobre madera, 2020, 30 cm de diámetro c/u, no disponibles.

En estas obras PAVES dirige su mirada hacia abajo, hacia el suelo del bosque donde la vida se gesta en silencio. Aquí no hay protagonistas únicos que dominen la composición: cada planta, cada musgo, cada helecho, cada piedra cubierta de liquen tiene igual derecho a existir y a ser observado. 

Estas obras documentan la complejidad del sotobosque andino con una minuciosidad casi científica. PAVES pinta la textura de las rocas húmedas, los patrones intrincados de los musgos, las hojas de los helechos que se despliegan en fractales naturales, las bromelias terrestres que emergen del sustrato. La luz se filtra penas, creando contrastes dramáticos entre las zonas iluminadas y las sombras profundas donde  la vegetación se pierde en tonos oscuros y misteriosos.

No es la naturaleza monumental de las montañas ni la exuberancia de las copas de los árboles, sino la humildad del suelo: ese espacio donde lo que muere alimenta lo que nace, donde la descomposición es tan vital como el crecimiento. PAVES nos invita a agacharnos, a acercarnos, a mirar lo que normalmente pisamos sin ver.

El formato circular funciona como una lupa que aísla un fragmento de bosque y lo convierte en mundo completo. En estas composiciones densas, saturadas de información visual, cada centímetro cuadrado está habitado por formas de vida. Es el oxígeno que se produce en la intimidad del suelo, en ese laboratorio natural donde bacterias, hongos y plantas negocian constantemente el espacio y los nutrientes.

Oxígeno 3 y 4 nos recuerdan que la grandeza también existe en lo pequeño, que el bosque no solo crece hacia arriba sino hacia adentro, y que la vida más resistente suele ser la que florece en la sombra.